ARGUMENTO
Cuentan la historia de que en el mar Caribe, a causa de una fuerte tormenta, ocho miembros de la tripulación de un destructor de la Marina de guerras habían caído al agua y desaparecido, de los ocho, solo sobrevivió Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, lo pasó muy mal hasta que llegó tras mucho esfuerzo en una parte de la costa colombiana, allí fue proclamado héroe de la patria, hecho muy rico por la publicidad y olvidado para siempre.
OPINIÓN PERSONAL
La verdad, es que es un libro que se te pasa bastante rápido, no te aburres y se acaba de una forma muy original.
Las aventuras que se narran son realmente interesantes y lo mejor de todo es que creo que es para todas las personas a partir de una cierta edad.
Me ha gustado, pero no me lo volvería a leer otra vez.
RESUMEN POR CAPÍTULOS
CAPÍTULO 1
Ese día, toda la tripulación estaba en Mobile, preparados para embarcar al A.R.C Caldas para regresar a Cartagena después de ocho meses, cargados de regalos para los familiares, la madrugada del 24 de febrero se embarcarían mar adentro.
Luís Alejandro junto su mejor amigo decidieron abandonar la marina tan pronto como llegasen a Cartagena.
Al principio tenia un poco de miedo, pero al cabo de unas horas ya solo se sentía fatigado.
CAPÍTULO 2
Luís Alejandro casi nunca tiene mareos cuando viaja, pero esta vez se sentía intranquilo y a demás tenia un extraño pensamiento.
“Es un buque seguro” afirmaba Luís Regnifo, que dormía bajo su litera.
Después de largas horas, ya solo les faltaba 24 horas para llegar a Cartagena.
Una orden general, dijo que todo el personal se pasara al lado de babor, él sabia perfectamente su significado, el barco escorando peligrosamente a estribor y había de equilibrarlo.
Las olas, cada vez más fuertes y altas estallaban en la cubierta. Eran las once y media de la noche, a las dos llegarían al puerto; una ola enorme los tumbó, se cayeron todos al agua y el barco desapareció. Después de un breve instante apareció a más de 100 metros de distancia.
CAPÍTULO 3
Luís Alejandro, se sostuvo en flote entre cajas, vio una de las balsas, y se puso a nadar hacia ella. La agarró y saltó al interior. Un amigo, tan solo estaba a dos metros de la balsa, y de la fuerte tormenta que había, se perdió entre las olas. Se quedó solo en la balsa esperando a que los otros lo vinieran a buscar.
CAPÍTULO 4
Pensaba que seguramente, se comunicaría el accidente y aviones vendrían en menos de 2 horas a rescatarle. Se esperó mucho pensando que todos sus compañeros habían regresado. Una señal, al fondo de todo se veía un punto negro y muy luminoso que se acercaba, era un avión. Muy rápidamente, Luís Alejandro se sacó la camiseta y empezó a hacer señas.
CAPÍTULO 5
Desgraciadamente se equivocó, el avión no venía hacia la balsa y desapareció en el horizonte. Treinta horas después, vio claramente el primer animal: era un tiburón. Por suerte, solo se paseo por allí unas horas y se largó. Ya era la segunda noche, no tenía hambre, pero si que tenía mucha sed. Se imaginaba que había un viejo amigo suyo en la balsa que le venía a saludar y hablaban durante toda la noche.
CAPÍTULO 6
Para saber cuantos días llevaba, los contaba dibujando rayas, pero era inútil, se descontaba, no sabía si eran 29, 30 o 31 las terminaciones del mes de febrero. Perdió muchas esperanzas. Vio otra vez unas luces, pero esta vez de barco, pasó de largo y como el avión desapareció en el horizonte. Ya era el quinto día. Se le paró una gaviota joven muy cerca y intentaba cazarla para poder comer algo.
CAPÍTULO 7
Por suerte la alcanzó le rompió el cuello y la descuartizó, se comió un trozo, pero le daba mucho asco. Pasaron ya siete días, era de noche, ya perdió las esperanzas al tener que arrojar su presa a los tiburones a cambio de la vida. Intentaba comerse el cinturón de la desesperación. Sabía que no sería su último día en el mar.
CAPÍTULO 8
Un tiburón hizo un salto y entró en la balsa, Alejandro, lo mató a golpes de remo a la cabeza. Aun que le daba mucho asco, el hambre lo superaba y se comió una parte. Se guardó el resto para más tarde, pero otro tiburón de un mordisco, se lo comió. Luís Alejandro, harto de los tiburones se enfadó mucho.
CAPÍTULO 9
Una fuerte ola, hizo dar vuelta de campana la balsa. Luís Alejandro cayó en el agua y empezó a nadar desesperadamente al final, logró alcanzar la balsa. Esta vez estaba muy asustado, sabía que en cualquier momento podría volver a pasar y rápidamente se amarró con el cinturón. Otra ola los tumbó, Luís Alejandro se quedó bajo el agua buscando la hebilla del cinturón. Logró desatarse y sacó la cabeza. A los ocho días, vio a otra gaviota, pero esa vez vieja, no la mató, sino que le dio ánimos, sabia que muy cerca se encontraba la tierra firme.
CAPÍTULO 10
La barba ya le llegaba por el cuello, estaba destrozado, muerto de sed, muy hambriento y lleno de quemaduras de sol. Recordaba felices momentos en el bar con sus amigos.
Tenia deseos de morir, empezó a rezar más tranquilamente pensando que en esa misma hora también lo estaba haciendo su familia. En el fondo de la balsa, se encontró una raíz y se la comió, ¿Era una alucinación?
CAPÍTULO 11
Apoyado con la cabeza junto a la borda, fue cuando vio claramente el largo y verde perfil de la costa; debería haber más o menos unos dos kilómetros de distancia. No pudo más, soltó el remo, cerró los ojos y se arrojó al agua. Empezó a nadar en la dirección que creia que era la correcta. No vio la tierra ¿era otra alucinación? Ya no daba tiempo de regresar a la balsa, estaba demasiado lejos.
CAPÍTULO 12
Levantó un poco la cabeza y la vio perfectamente allí al frente. Luís Alejandro, tras mucho esfuerzo logró llegar a la orilla. Allí se encontró a una muchacha negra, con unos ojos muy blancos. Pensándose que la entendería, le pidió ayuda en inglés. La muchacha empezó a correr y se largó. Se encontró más tarde con un hombre, un burro y un perro. Luís Alejandro, como a la muchacha, la pidió ayuda pero esta vez en español, el hombre lo entendió perfectamente y le dijo que se esperara. El perro se quedó con él. Estaba en Colombia.
CAPÍTULO 13
El hombre, tal y como lo dijo regresó con el burro y la muchacha que resultó que era su mujer, con ayuda lo subieron al burro y le llevaron al pueblo, Luís Alejandro pedía algo de beber o de comida, pero le dijeron que no le daría nada hasta que no lo visitara un médico. Recibió visitas de toda la gente entre las cuales hombres, mujeres, niños y animales, todos se habían movilizado para verle, Luís Alejandro trataba de explicarles la historia, pero le decían que se callara, que estaba enfermo. Le llevaron a San Juan de Urabá allí le visito un médico que después le dijo que le estaba esperando una avioneta lista para llevarlo a Cartagena.
CAPÍTULO 14
Le ingresaron en un hospital, todo el mundo le quería ir a visitar y preguntárselo todo. Solo se permitía la entrada a los médicos y a los de seguridad en la habitación. Muchos periodistas se disfrazaban de médicos para poder colarse y preguntar, pero de muchos, solo coló uno que le pidió que dibujara el buque donde viajaba y otra cosa más, firmó los dibujos y al día siguiente salieron publicados al diario, Luís Alejandro Velasco, se sentía orgulloso de aquel periodista.
Fue proclamado un héroe y se hizo muy rico gracias a la publicidad, solo tenía que explicar la historia.
Algunas personas le decían que esa historia era falsa, y él siempre les contestaba:
Entonces, ¿qué hice durante mis diez días en el mar?