jueves, 7 de marzo de 2019

Discurso de Malala Yousafzai frente a la ONU




En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.
Honorable Secretario General, Sr. Ban Ki-moon; respetado presidente de la Asamblea General, Vuk Jeremic; Sr. Gordon Brown, honorable enviado de la ONU para la Educación Global, respetados ancianos, queridos hermanos y hermanas: Assalamu alaikum. Hoy es un honor para mí estar hablando otra vez después de mucho tiempo. Estar aquí con personas tan distinguidas es un gran momento en mi vida; y es un honor para mí que hoy lleve puesto este chal que perteneciera a la difunta Benazir Bhutto.

No sé por dónde empezar mi discurso. No sé lo que la gente se esperaba que dijera, pero en primer lugar le agradezco a Dios, para quien todos somos iguales, y a cada persona que ha orado por mi rápida recuperación y una nueva vida. No puedo creer el mucho amor que la gente me ha demostrado.

He recibido miles de tarjetas de buenos deseos y regalos de todo el mundo. ¡Gracias a todos ellos! Gracias a los niños cuyas palabras inocentes me han animado. Gracias a los ancianos cuyas oraciones me fortalecieron.

Me gustaría dar las gracias a las enfermeras, médicos y al personal de los hospitales de Pakistán y el Reino Unido y al Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, porque me han ayudado a mejorar y recuperar mi fuerza. Apoyo plenamente al Secretario General de la ONU, Sr. Ban Ki-moon, en su Primera Iniciativa de Educación Global y el trabajo del enviado especial de la ONU para la Educación Global, Gordon Brown y al Honorable Presidente de la Asamblea General de la ONU, Vuk Jeremic.

Les doy las gracias por el liderazgo que siguen mostrando. Inspiran a todos a la acción. Queridos hermanos y hermanas recuerden una cosa: el Día de Malala no es mi día. Hoy es el día de cada mujer, cada niño y cada niña que ha levantado la voz por sus derechos. Hay cientos de activistas de derechos humanos y de trabajadores sociales, que no sólo están hablando de sus derechos, sino que están luchando para lograr el objetivo de la paz, la educación y la igualdad.

Miles de personas han sido asesinadas por los terroristas y millones han resultado heridas. Yo sólo soy una de ellas: así que aquí estoy. Aquí estoy, una niña, entre muchas otras. No hablo por mí, sino por aquellos que no tienen voz se puedan hacer oír: aquellos que han luchado por sus derechos. Su derecho a vivir en paz. Su derecho a ser tratados con dignidad. Su derecho a la igualdad de oportunidades. Su derecho a la educación. Queridos amigos, el 9 de octubre de 2012, un talibán me disparó en el lado izquierdo de la cabeza; dispararon a mis amigos, también. Pensaban que las balas nos iban a callar, pero fracasaron.

Y de ese silencio surgieron miles de voces. Los terroristas pensaban que iban a cambiar mis objetivos y hacerme dejar mis ambiciones. Pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la debilidad, el miedo y la desesperanza murieron. Nació la Fuerza, el poder, el coraje. Yo soy la misma Malala: Mis ambiciones son las mismas, mis esperanzas son las mismas. Y mis sueños son los mismos. Queridos hermanos y hermanas: no estoy en contra de nadie.

Tampoco estoy aquí para hablar en términos de venganza personal contra los talibanes o cualquier otro grupo terrorista. Estoy aquí para hablar en nombre del derecho a la educación de todos los niños. Quiero educación para los hijos e hijas de los talibanes y los terroristas y extremistas. Ni siquiera odio al talibán que me disparó. Incluso si tuviera un arma en la mano y él estuviera de pie frente a mí, no le dispararía.

sta es la compasión que he aprendido de Mahoma, el profeta de la misericordia, Jesucristo y Buda. Este es el legado de los cambios que he heredado de Martin Luther King, Nelson Mandela y Mohammed Ali Jinnah. Esta es la filosofía de la no violencia que he aprendido de Gandhi, Bacha Khan y la Madre Teresa. Y este es el perdón que he aprendido de mi padre y de mi madre.
Esto es lo que mi alma me dice: estar en paz y amor con todos. Queridos hermanos y hermanas, nos damos cuenta de la importancia de la luz cuando vemos oscuridad. Nos damos cuenta de la importancia de nuestra voz cuando somos silenciados. De la misma manera, cuando estábamos en Swat, al norte de Pakistán, nos dimos cuenta de la importancia de los lápices y libros cuando vimos las armas.

El sabio dijo: “La pluma es más poderosa que la espada.” Es cierto. Los extremistas tienen miedo a los libros y bolígrafos. El poder de la educación les da miedo. Tienen miedo de las mujeres. El poder de la voz de las mujeres les da miedo. Esto es por qué mataron a 14 estudiantes inocentes en el reciente ataque en Quetta. Y es por eso que matan a las maestras.
Es por eso que están destruyendo escuelas todos los días: porque tienen miedo al cambio y a la igualdad que llevaremos a nuestra sociedad. Recuerdo que un chico en la escuela, al que un periodista preguntó por qué los talibanes estaban en contra de la educación, respondió muy simplemente apuntando hacia un libro: “un talibán no sabe lo que está escrito en el interior de este libro.”

Ellos piensan que Dios es un ser minúsculo y conservador que apuntaría un arma a la cabeza de la gente sólo porque van a la escuela. Estos terroristas están haciendo mal uso del nombre del islam para su propio beneficio personal. Pakistán es un país amante de la paz y democracia. Pastunes quieren educación para sus hijas e hijos. El islam es una religión de paz, humanidad y fraternidad. Es deber y responsabilidad de cada uno el conseguir educación para todos los niños, eso es lo que dice. La paz es una necesidad para la educación.

En muchas partes del mundo, especialmente en Pakistán y Afganistán, el terrorismo, la guerra y los conflictos impiden que los niños asistan a la escuela. Estamos muy cansados de estas guerras. Las mujeres y los niños sufren de muchas maneras en demasiadas partes del mundo. En India, niños inocentes y pobres son víctimas del trabajo infantil. Muchas escuelas han sido destruidas en Nigeria. La gente en Afganistán se ha visto afectada por el extremismo.

Las niñas tienen que hacer el trabajo infantil doméstico y se ven obligadas a casarse a una edad temprana. La pobreza, la ignorancia, la injusticia, el racismo y la privación de sus derechos básicos son los principales problemas que enfrentan mujeres y hombres. Hoy me estoy centrando en los derechos de la mujer y la educación de las niñas, ya que ellas son las más afectadas. Hubo un tiempo en que las activistas pidieron a los hombres que lucharan por ellas. Pero esta vez vamos a hacerlo por nosotras mismas. No estoy diciendo que los hombres se aparten de hablar sobre los derechos de la mujer; me estoy enfocando en que las mujeres sean independientes y luchen por sí mismas.

Así que, queridos hermanos y hermanas, ahora es el momento de hablar. Hoy hacemos un llamado a los líderes mundiales para que cambien sus políticas estratégicas en favor de la paz y la prosperidad. Hacemos un llamado a los líderes mundiales para que todos estos acuerdos deban proteger a las mujeres y los derechos de los niños. Un acuerdo que va en contra de los derechos de las mujeres es inaceptable.

Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos a garantizar la educación gratuita y obligatoria en todo el mundo, para todos los niños. Instamos a todos los gobiernos para luchar contra el terrorismo y la violencia, a proteger a los niños de la brutalidad y el daño. Hacemos un llamado a los países desarrollados para que apoyen la expansión de las oportunidades de educación para las niñas en el mundo en desarrollo. Hacemos un llamado a todas las comunidades a ser tolerantes, a rechazar los prejuicios por motivos de casta, credo, secta, color o religión asegurando la libertad y la igualdad para las mujeres, para que puedan prosperar.

No todos podremos tener éxito si la mitad de nosotros somos refrenados. Hacemos un llamado a nuestras hermanas de todo el mundo para ser valientes, para asumir la fuerza dentro de sí mismas y desarrollar todo su potencial. Queridos hermanos y hermanas, queremos escuelas y educación para un futuro brillante de todos los niños. Continuaremos el camino a nuestro destino de paz y educación. Nadie nos puede parar. Hablaremos a favor de nuestros derechos y vamos a traer el cambio con nuestra voz.

Creemos en el poder y la fuerza de nuestras palabras. Nuestras palabras pueden cambiar el mundo entero porque lo haremos todos juntos, unidos por la causa de la educación. Y si queremos lograr nuestro objetivo, entonces tenemos que empoderarnos a nosotros mismos con el arma del conocimiento y nos protegeremos con unidad y fraternidad.


Queridos hermanos y hermanas: no debemos olvidar que millones de personas sufren de pobreza, injusticia e ignorancia. No hay que olvidar que millones de niños están fuera de sus escuelas. No debemos olvidar que nuestros hermanos y hermanas están esperando por un futuro pacífico y luminoso. Libraremos una lucha gloriosa contra el analfabetismo, la pobreza y el terrorismo; tomaremos nuestros libros y lápices porque son armas más poderosas. Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución. Educación primero. Gracias.

lunes, 25 de febrero de 2019

La narración y su estructura


La narración y su estructura
1- La narración

Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha sucedido o que hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una narración.

2- Estructura de la narración
La narración tiene 2 tipos de estructuras: estructura externa y estructura interna.

2.1- Estructura externa  
Se refiere a la forma de presentar la obra: capítulos, libros, episodios.

2.2- Estructura interna  
Se refiere a la ordenación y distribución de los hechos narrados.
La estructura interna de una narración la forman los apartados que haya en el desarrollo de la trama, en su contenido. Estos elementos se organizan de forma variada, aunque es frecuente una secuencia lineal (acción lineal). En este caso se suele dar una estructura básica:

A) Planteamiento o introducción: Se presenta a los principales personajes y se narra el acontecimiento inicial, el que origina el conflicto desarrollado en el nudo.
B) Nudo o conflicto:  Son los hechos que viven y realizan los personajes. Constituyen el eje de la trama.
C) Desenlace o final:  Es la solución al conflicto propuesto en el planteamiento y desarrollado en el nudo.


3- Principales estructuras narrativas
- Acción lineal: la acción se desarrolla cronológicamente, sin anacronías, ni saltos temporales.
- Evocación retrospectiva: la narración se estructura con frecuentes vueltas al pasado.
- Anticipaciones: saltos  temporales hacia el futuro.
- In mediae res: la acción se sitúa en medio del relato, vuelve atrás para narrar desde el comienzo y cuando llega al centro prosigue linealmente hacia el final.

Creado por Portal Educativo. Fecha: 2012-04-06. Se autoriza uso citando www.portaleducativo.net. Prohibido su uso con fines comerciales.


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"La luz es como el agua" de Gabriel García Márquez



"La luz es como el agua" de Gabriel García Márquez



https://www.youtube.com/watch?v=vmv8mFrAB_I

La luz es como el agua

Gabriel García Márquez

En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.
-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.
-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.
-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.
-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.
-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?
-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.
-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.
De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.
-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.
-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.
El padre le reprochó su intransigencia.
-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.
Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.
En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.
El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.
-Es una prueba de madurez -dijo.
-Dios te oiga -dijo la madre.
El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.
Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.
Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.
https://ciudadseva.com/texto/la-luz-es-como-el-agua/

jueves, 21 de febrero de 2019