lunes, 9 de agosto de 2010

La Real Academia de la Lengua Española




Orígenes y fines

La Real Academia Española se fundó en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena. Felipe V aprobó su constitución el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su «amparo y Real Protección».
Su propósito fue el de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol en el fuego con la leyenda Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito enunciado de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma, y de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI.



La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos que le ha tocado vivir. Actualmente, y según lo establecido por el artículo primero de sus Estatutos, la Academia «tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».
La política lingüística panhispánica

En los últimos años, la Real Academia Española y las veintiuna Academias de América y Filipinas que con ella integran la Asociación de Academias de la Lengua Española vienen desarrollando una política lingüística que implica la colaboración de todas ellas, en pie de igualdad y como ejercicio de una responsabilidad común, en las obras que sustentan y deben expresar la unidad de nuestro idioma en su rica variedad: el Diccionario, la Gramática y la Ortografía.

Este decidido compromiso académico de avanzar en una acción conjunta trasciende el ámbito lingüístico para constituirse en un refuerzo de lo que es la más sólida base de unión de los pueblos hispánicos en la Comunidad Iberoamericana de Naciones: el idioma. Las facilidades de comunicación ofrecidas por las nuevas tecnologías han favorecido el trabajo concertado de las Academias, que, de este modo, han forjado una poderosa y activa red de colaboración que, más allá de cualquier retórica fácil, materializa una política de alcance internacional.

Unidad en la diversidad

Una tradición secular, oficialmente reconocida, confía a las Academias la responsabilidad de fijar la norma que regula el uso correcto del idioma. Las Academias desempeñan ese trabajo desde la conciencia de que la norma del español no tiene un eje único, el de su realización española, sino que su carácter es policéntrico. Se consideran, pues, plenamente legítimos los diferentes usos de las regiones lingüísticas, con la única condición de que estén generalizados entre los hablantes cultos de su área y no supongan una ruptura del sistema en su conjunto, esto es, que ponga en peligro su unidad.

En una tarea de intercambio permanente, las veintidós Academias de la Lengua Española articulan un consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes en cuestiones de léxico, de gramática o de ortografía, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.

Asociación de Academias de la Lengua Española

La Real Academia Española (RAE), fundada en Madrid a principios del siglo XVIII, había iniciado la revisión científica del idioma y la construcción moderna de los grandes diccionarios del español. Para llevar a cabo esta empresa en beneficio del idioma común, necesitaba la ayuda de todos los países hispanoamericanos. A partir de 1870, la RAE expresa el deseo de que existieran Academias hermanas en todo el suelo americano. Las adhesiones no se hicieron esperar, iniciadas por Colombia, con la fundación de su Academia en 1871, y completadas con la Academia Norteamericana en 1973, con sede en Nueva York.

Hoy día, la Academia no se considera una “torre de marfil” ajena a la realidad socio-económica del mundo que vivimos, ni tampoco un parnaso o refugio de poetas y de escritores elegidos. Hoy la Academia es un lugar de trabajo riguroso, apto para hombres y mujeres que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de servir a la cultura. Es un lugar abierto a la sociedad y comprometido con las necesidades de la lengua viva, en todas sus manifestaciones.


La Asociación

En 1951, y por iniciativa del presidente Miguel Alemán, se convocó en México el I Congreso de Academias de la Lengua Española, en el cual se acordó la constitución de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Su fin primordial es trabajar asiduamente en la defensa, unidad e integridad del idioma común, y velar porque su natural crecimiento sea conforme a la tradición y naturaleza íntima del español.


La Asociación de Academias de la Lengua Española está integrada por las veintidós Academias de la Lengua Española que existen en el mundo: la Real Academia Española (1713), la Academia Colombiana de la Lengua (1871), la Academia Ecuatoriana de la Lengua (1874), la Academia Mexicana de la Lengua (1875), la Academia Salvadoreña de la Lengua (1876), la Academia Venezolana de la Lengua (1883), la Academia Chilena de la Lengua (1885), la Academia Peruana de la Lengua (1887), la Academia Guatemalteca de la Lengua (1887), la Academia Costarricense de la Lengua (1923), la Academia Filipina de la Lengua Española (1924), la Academia Panameña de la Lengua (1926), la Academia Cubana de la Lengua (1926), la Academia Paraguaya de la Lengua Española (1927), la Academia Boliviana de la Lengua (1927), la Academia Dominicana de la Lengua (1927), la Academia Nicaragüense de la Lengua (1928), la Academia Argentina de Letras (1931), la Academia Nacional de Letras de Uruguay (1943), la Academia Hondureña de la Lengua (1948), la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (1955) y la Academia Norteamericana de la Lengua Española (1973).La Academia Puertorriqueña de la Lengua Española es una institución privada y sin fines de lucro fundada en 1955, iniciativa de Samuel R. Quiñones y José A. Balseiro, durante la incumbencia de Luis Muñoz Marín como gobernador y Mariano Villaronga como secretario de Instrucción Pública.

La Academia Puertorriqueña de la Lengua Española es una institución privada y sin fines de lucro fundada en 1955, iniciativa de Samuel R. Quiñones y José A. Balseiro, durante la incumbencia de Luis Muñoz Marín como gobernador y Mariano Villaronga como secretario de Instrucción Pública.

En 1956, la Academia Puertorriqueña se incorporó a la Asociación de Academias de la Lengua Española fundada en 1951, organismo encargado de la coordinación científica entre las 22 Academias, tanto las del mundo hispánico, como las de países donde el español es, o ha sido, idioma importante, como lo son Estados Unidos y Filipinas respectivamente.

http://www.rae.es/rae.html



Nueva gramática de la lengua española

La Nueva gramática de la lengua española pretende ofrecer un mapa del español en todo el mundo, una representación a escala de su estructura.



Objetivos

Describir las construcciones gramaticales propias del español general, así como reflejar adecuadamente las variantes fónicas, morfológicas y sintácticas.
Ofrecer recomendaciones de carácter normativo.

Ser obra de referencia para el conocimiento y la enseñanza del español.

***VER DOCUMENTO PDF EN LA SIGUIENTE DIRECCIÓN:

http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000016.nsf/(voAnexos)/arch81783F098CA4E696C12572C60031796A/$FILE/Diptico_NGLG.pdf

DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (DRAE)- Vigésima segunda edición, 2001

El contenido de la vigésima segunda edición del Diccionario de la lengua española publicado por la Real Academia Española fue profundamente revisado durante los nueve años transcurridos desde que, en 1992, apareció la versión anterior. Esta revisión se basó en la necesidad de mantener actualizado el cuerpo de la obra en cuanto a los términos en ella registrados, trabajo indispensable para que el repertorio académico pudiera mantener su función unificadora del español.




Las lenguas cambian de continuo, y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Por ello los diccionarios nunca están terminados: son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado.



Especial cuidado ha de poner en ello el Diccionario académico al que se otorga un valor normativo en todo el mundo de habla española. La Real Academia Española y las veintiuna Academias que con ella integran la Asociación de Academias de la Lengua Española trabajan mancomunadamente al servicio de la unidad del idioma tratando de mejorar y actualizar un diccionario de carácter panhispánico. Cuanto aparece en el DRAE es fruto de ese estudio y de la aprobación colegiada.

El texto que se puede consultar en esta página electrónica corresponde a la 2.ª tirada de la 22.ª edición

http://buscon.rae.es/draeI/



DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS - Primera edición (octubre 2005)

Presentación

Esta versión electrónica permite acceder al contenido de la primera edición impresa del Diccionario panhispánico de dudas, obra en la que se da respuesta, desde el punto de vista de la norma culta actual, a las dudas lingüísticas más habituales (ortográficas, léxicas y gramaticales) que plantea el uso del español.

Propósito

El Diccionario panhispánico de dudas se propone servir de instrumento eficaz para todas aquellas personas interesadas en mejorar su conocimiento y dominio de la lengua española. En él se da respuesta a las dudas más habituales que plantea el uso del español en cada uno de los planos o niveles que pueden distinguirse en el análisis de los elementos lingüísticos: el fonográfico, pues resuelve dudas de tipo ortológico (sobre pronunciación) y ortográfico (sobre grafías, acentuación y puntuación); el morfológico, ya que orienta sobre las vacilaciones más frecuentes que se dan en el plano de la morfología nominal (plurales, femeninos y formas derivadas) y de la morfología verbal (formas de la conjugación); el sintáctico, al aclarar dudas sobre construcción y régimen, concordancia, forma y uso de locuciones, etc.; y el lexicosemántico, pues en él se examinan y corrigen numerosas impropiedades léxicas, a la vez que se ofrece orientación sobre el uso de neologismos y extranjerismos.

Todas las secciones de que consta la edición impresa son accesibles en la versión electrónica:


http://buscon.rae.es/dpdI/

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